17/11/2025

La vidriera

El poder sanador de tratarte bien: descubre la autocompasión

La ciencia está mostrando algo que parece simple pero cambia todo: la manera en que te hablás influye directamente en cómo te sentís, cómo enfrentás las dificultades y cómo te recuperás del estrés. La autocompasión, lejos de ser debilidad, se está convirtiendo en una de las prácticas más efectivas para fortalecer la salud emocional.

¿Por qué somos tan duros con nosotros mismos?

Cuando las cosas salen mal solemos actuar como nuestro peor crítico. Nos juzgamos, exageramos el error o pensamos que somos los únicos que fallamos. Ese diálogo interno duro se vuelve desgaste emocional: aumenta la ansiedad, el estrés y nos deja sin energía para resolver lo que realmente importa.

La autocompasión propone lo contrario: tratarte con la misma consideración que tendrías con alguien que querés.

Qué es realmente la autocompasión

La psicología actual la entiende como una combinación de tres pilares:

1. Amabilidad hacia uno mismo

No es "autoindulgencia", ni excusarse de todo. Es reconocer que estás haciendo lo mejor que podés y que merecés comprensión, no castigo.

2. Sentido de humanidad compartida

Recordar que equivocarse, sufrir o tener dudas no te hace menos que nadie. Te hace humano. Saber que otros viven experiencias similares reduce la sensación de aislamiento.

3. Mirar las emociones sin apagarlas ni dramatizarlas

Observar lo que sentís sin aumentarlo ni taparlo. Un equilibrio que evita que la mente se vaya a los extremos.


En qué ayuda practicar la autocompasión

Los estudios actuales muestran que quienes desarrollan este hábito:

  • gestionan mejor el estrés,

  • tienen menos autocrítica destructiva,

  • se recuperan más rápido de situaciones difíciles,

  • mejoran su capacidad de tomar decisiones,

  • construyen vínculos más sanos.

La lógica detrás de esto es clara: cuando dejás de pelearte internamente, tenés más recursos para enfrentar lo que pasa afuera.

Cómo empezar: un ejercicio sencillo

Probá esto la próxima vez que te sientas mal contigo mismo:

  1. Reconocé lo que estás sintiendo, sin minimizarlo.

  2. Recordá que no sos el único: otras personas también atraviesan momentos duros.

  3. Cerrá con una frase amable, como:

    • "Estoy haciendo lo que puedo."

    • "Merezco hablarme con respeto."

    • "Esto también va a pasar."

Es un gesto pequeño, pero repetido cambia la forma en que tu mente procesa el malestar.

Tratarte bien no es un acto de autoestima superficial. Es una práctica que reestructura cómo enfrentás tus días, tus emociones y tus desafíos. La autocompasión te permite avanzar con menos culpa, más claridad y un bienestar más estable. Y lo mejor: es una habilidad que cualquiera puede aprender.

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