24/09/2025

Emprendedores

Innovación nacional: la válvula cardíaca que combina ciencia y tecnología

La startup CloverLife, fundada por los médicos Osvaldo Amerio y Diego Cheja, está escribiendo una página inédita en la historia de la innovación argentina. Con cinco patentes internacionales y millones en inversión, su desarrollo promete transformar el futuro de la cardiología, combinando lo mejor de las válvulas biológicas y mecánicas en un solo dispositivo.

Una idea nacida en el corazón de Misiones

Todo comenzó con Osvaldo Amerio, médico platense radicado en Misiones. Desde allí, junto a un grupo de colegas, trabajó en silencio durante años en el diseño de una válvula cardíaca distinta a todo lo conocido. Su meta era clara: resolver los problemas que las prótesis tradicionales no habían logrado superar.

El camino no fue fácil: recursos limitados, un sistema de salud con otras urgencias y un ecosistema emprendedor aún en desarrollo. Pero Amerio no se detuvo. Su proyecto fue creciendo hasta llamar la atención de otro médico argentino, Diego Cheja, formado en la UBA y con un MBA en la Universidad Austral, quien aportó la visión de negocios necesaria para transformar el invento en una startup con proyección global.

¿Qué hace única a esta válvula?

En cardiocirugía existen dos grandes tipos de válvulas:

  • Mecánicas: muy resistentes, pero obligan al paciente a tomar anticoagulantes de por vida.

  • Biológicas: más naturales, pero con un desgaste rápido que exige reemplazos periódicos.

La válvula desarrollada por CloverLife combina lo mejor de ambos mundos: busca la durabilidad de las mecánicas con la flexibilidad de las biológicas. En otras palabras, una solución que podría cambiar la calidad de vida de miles de pacientes cardíacos en todo el mundo.

El respaldo de la ciencia y la inversión

Para transformar la idea en realidad, CloverLife necesitó más que pasión: capital e investigación de alto nivel.

Primero llegó una inversión de u$s750.000, y luego un aporte decisivo de u$s900.000 del fondo CITES (Grupo Sancor Seguros) y de la Fundación Barceló. Con ese respaldo, lograron avanzar en los ensayos preclínicos y en el patentamiento internacional.

Hoy la startup ya cuenta con cinco patentes en Estados Unidos y Europa y validó prototipos en laboratorios con aprobación de la FDA (la autoridad sanitaria más exigente del mundo). El próximo paso es aún más ambicioso: ensayos clínicos en humanos, lo que demandará una nueva ronda de inversión estimada en u$s1,5 millones.

Innovación con acento argentino

Lo más inspirador de esta historia es que no surgió en un centro médico de renombre internacional ni en un laboratorio multimillonario de Silicon Valley, sino en Misiones, Argentina.

Este caso demuestra que el talento, la ciencia y la innovación no tienen fronteras geográficas. Que con visión, perseverancia y apoyo, un desarrollo nacido en el interior del país puede terminar transformando la vida de personas en todo el planeta.

El impacto que se viene

Si los ensayos clínicos confirman las expectativas, esta válvula podría convertirse en el nuevo estándar de la cardiocirugía mundial. Su implementación significaría menos complicaciones postoperatorias, mayor esperanza de vida y un salto de calidad para miles de pacientes que hoy dependen de tecnologías con limitaciones.

La historia de CloverLife es una muestra de que la innovación argentina puede competir de igual a igual con las potencias mundiales. Dos médicos que soñaron con mejorar la vida de sus pacientes terminaron creando un dispositivo que podría redefinir la medicina cardíaca. Una mano en el corazón, otra en el futuro: así late hoy la ciencia hecha en Argentina.

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