04/08/2025
En un contexto de hiperconexión digital que dispara el estrés y empeora el sueño, los baños de bosque vuelven a ganar protagonismo. Esta terapia consiste en caminar lentamente por entornos arbolados, prestar atención a los sonidos, aromas y texturas del lugar y dejar que la naturaleza haga su trabajo.
A veces la mejor medicina no viene en pastillas ni en apps, sino en algo tan simple como salir a caminar entre árboles. En los últimos años se multiplicaron los estudios que muestran que la saturación de pantallas y notificaciones nos está pasando factura: estar todo el tiempo pendientes del celular puede aumentar el estrés, la ansiedad e incluso provocar agotamiento. El exceso de estímulos digitales también se asocia a un sueño de peor calidad, una productividad más baja y un estado de ánimo más frágil. En este contexto, una práctica nacida en Japón en los años 80 vuelve a posicionarse como antídoto: el baño de bosque o Shinrin?yoku.
El baño de bosque no es una carrera ni un trekking exigente. Es una invitación a sumergirte en un entorno natural con todos los sentidos: caminar sin prisa, observar cómo cambia la luz entre las ramas, escuchar el crujido de las hojas y percibir los aromas de la tierra húmeda. La televisión estadounidense WCVB recuerda que los japoneses fueron los primeros en recomendar, en la década de 1980, la inmersión focalizada bajo los árboles como un beneficio para la salud. Desde entonces la práctica se expandió por el mundo porque "el poder curativo de la naturaleza está bien documentado: pasar tiempo al aire libre puede bajar la presión arterial, reducir los niveles de cortisol y mejorar la frecuencia cardíaca". El mismo reportaje explica que un baño de bosque consiste en estar presente en el lugar con los cinco sentidos, como si se tratara de una meditación activa.
La guía certificada Nadine Mazzola agrega que ciertos árboles, en particular los pinos, liberan fitoncidas, terpenos que fortalecen nuestros glóbulos blancos y, por ende, el sistema inmunológico. También destaca que nuestras ondas cerebrales se sincronizan con el entorno natural y esto genera una sensación profunda de calma y pertenencia. En otras palabras, cuando dejás el teléfono y te dejás envolver por el sonido del viento, tu cuerpo entero responde.
Varias tendencias de bienestar para 2025 señalan que las personas buscan desconectar de la tecnología para recuperar foco, descanso y bienestar. Los llamados retiros de detox digital surgieron como respuesta a la saturación de notificaciones: ofrecen experiencias en lugares aislados en las que se entrega el teléfono y se adopta la naturaleza como compañera. Según un artículo sobre estas escapadas, la inmersión en la naturaleza -también conocida como forest bathing- ayuda a reducir los niveles de cortisol, bajar la presión arterial y mejorar el estado de ánimo.
Los beneficios se sienten rápidamente. La investigación sobre los baños de bosque muestra que el simple hecho de pasear en un bosque puede disminuir la presión arterial, reducir la frecuencia cardíaca y mejorar las defensas del cuerpo. Este contacto con el verde también mejora la calidad del sueño, especialmente cuando se combina con la desconexión de pantallas que interfieren con la producción de melatonina. En tiempos en que estudios advierten que el exceso de pantallas deteriora el descanso y favorece problemas de atención y cambios de humor, recuperar el hábito de pasear entre árboles se vuelve casi una necesidad.
Elegí el lugar. Puede ser una reserva, un parque urbano grande o incluso un jardín con árboles. Lo importante es que sientas que podés alejarte del ruido.
Dejá el teléfono. Ponelo en modo avión o, mejor aún, dejalo en casa. La idea es cortar con la corriente de notificaciones que nos roba atención.
Caminá sin prisa. El baño de bosque no busca quemar calorías, sino despertar los sentidos. Andá despacio, observá el juego de luces, los colores, las texturas del paisaje.
Usá tus sentidos. Detenete a escuchar los pájaros, a oler la tierra o las flores. Tocá la corteza de un árbol. Estar plenamente atento a cada estímulo ayuda a calmar la mente.
Respirá conscientemente. Aprovechá el aire puro para hacer respiraciones profundas. Si querés, podés sentarte en algún lugar y cerrar los ojos unos minutos para meditar o simplemente estar.
Llevá compañía (opcional). Algunas personas disfrutan del silencio total; otras prefieren ir con amigos o con su perro. Según la guía Mazzola, compartir la experiencia con un perro genera un ritmo diferente, más atento y curioso.
No hace falta planear un retiro en la Patagonia para disfrutar de la terapia. Podés replicar muchos de sus beneficios en espacios verdes urbanos. Un simple paseo por un parque arbolado al final del día sirve para despejar la mente y preparar el cuerpo para dormir mejor. Otra opción es combinarlo con la desconexión digital: planteate un horario para apagar las pantallas e ir a dar una vuelta a pie o en bicicleta. La clave es romper con la rutina de estímulos y regalarte momentos de calma.
Aunque el interés por los baños de bosque crece como tendencia de bienestar, sus raíces están en prácticas ancestrales que reconocen el vínculo íntimo entre humanos y naturaleza. La ciencia moderna apenas comienza a entender por qué nos hace bien. Lo que sí sabemos es que en un mundo hiperconectado y acelerado, bajar la velocidad y respirar entre árboles puede ser un acto revolucionario: te permite reconectar con vos, mejorar tu salud y reencontrarte con un entorno que muchas veces damos por sentado.
Si después de leer esto sentís ganas de probar, no lo dudes. Llevá tus zapatillas, una botella de agua y permitite simplemente estar. La próxima vez que el estrés apriete, tal vez el bosque -o el parque más cercano- tenga la respuesta que estabas buscando.
COMPARTE TU OPINION | DEJANOS UN COMENTARIO
Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.
04/08/2025