25/06/2025
La inteligencia artificial no solo está transformando industrias: también puede transformar la economía global. Según un informe reciente, la adopción masiva de IA en las empresas podría generar un crecimiento de hasta 15% del Producto Bruto Interno (PBI) mundial en los próximos diez años. Estamos frente a una revolución que no solo impacta en la productividad, sino también en la generación de empleo, los modelos de negocio y la competitividad global.
Durante años se habló de la inteligencia artificial como la tecnología del futuro. Ese futuro ya llegó. La IA está presente en procesos productivos, servicios financieros, salud, logística, educación, retail y más. Empresas que integran sistemas inteligentes están viendo saltos en eficiencia, reducción de costos y mayor agilidad en la toma de decisiones.
Según el informe citado, si la adopción de IA continúa al ritmo actual -y se acelera en sectores clave-, el impacto combinado en productividad, automatización y creación de nuevos modelos de negocio podría representar 15% del PBI mundial hacia 2035.
La inteligencia artificial tiene un impacto transversal, pero hay sectores donde su adopción genera efectos inmediatos:
Servicios financieros: análisis predictivo, detección de fraudes, trading automatizado.
Industria: mantenimiento predictivo, optimización de cadenas de suministro, robots inteligentes.
Salud: diagnóstico asistido, desarrollo de medicamentos, gestión de datos clínicos.
Retail: personalización masiva, chatbots avanzados, gestión de inventarios con IA.
Agronegocios: agricultura de precisión, monitoreo climático, gestión de recursos.
El denominador común es la capacidad de procesar datos en tiempo real, anticipar tendencias y tomar decisiones con menos margen de error.
El impacto de la IA en la economía será enorme, pero no está exento de desafíos. Por un lado, se espera un salto en la productividad global, reducción de costos operativos y mejora en la calidad de productos y servicios.
Por otro lado, aparecen desafíos como la reconversión laboral, ya que muchos trabajos manuales o repetitivos serán automatizados. Esto obliga a empresas y gobiernos a pensar en capacitación, adaptación de los trabajadores y regulación ética del uso de IA.
Además, temas como privacidad, sesgos algorítmicos y concentración tecnológica son parte del debate que acompañará este crecimiento.
Las empresas que adopten IA no solo serán más eficientes, sino que también tendrán ventaja competitiva en costos, innovación y atención al cliente. En contrapartida, las organizaciones que retrasen esta transición corren el riesgo de quedar fuera del mercado, según advierten los expertos.
El informe remarca que el mayor impacto económico se verá en las empresas que combinen IA con otros procesos de transformación digital, como cloud computing, automatización robótica, big data y machine learning.
Aunque la mayor parte de la inversión en IA está concentrada en países como Estados Unidos, China y Europa, América Latina tiene una oportunidad estratégica. Las empresas que adopten IA en la región pueden acelerar su productividad y ser más competitivas a nivel global.
Eso sí, para que el impacto sea real, se necesita inversión en infraestructura tecnológica, capacitación y marcos regulatorios adecuados.
La inteligencia artificial no es solo una herramienta más: es el nuevo motor de crecimiento económico del mundo. Las empresas que la adopten a tiempo podrán aprovechar una oportunidad histórica para crecer, innovar y liderar sus mercados. Lo que está en juego no es solo eficiencia: es el futuro mismo de la economía global.
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