24/10/2025
La compañía surcoreana entra al terreno de la realidad extendida con un dispositivo que combina potencia, diseño y comodidad. Los Galaxy XR prometen unir el mundo físico con el digital y cambiar para siempre la forma en que trabajamos, jugamos y nos comunicamos.
Imaginá mirar tu escritorio y ver tus aplicaciones flotando frente a vos. O tener una videollamada proyectada en el aire, mientras en una esquina del campo visual tenés abierta una hoja de cálculo. Eso es lo que Samsung promete con sus nuevos Galaxy XR, un visor de realidad mixta que busca convertir el entorno cotidiano en un espacio interactivo.
La empresa surcoreana no se quedó atrás en la carrera que Apple inició con sus Vision Pro. Esta vez, Samsung no solo quiere competir: quiere democratizar la realidad mixta, ofreciendo una experiencia más ligera, más accesible y, sobre todo, más útil para la vida diaria.
Los Galaxy XR combinan realidad aumentada (AR) y realidad virtual (VR) en un mismo dispositivo. En palabras simples, permiten pasar de un modo al otro con solo un gesto. Si el usuario quiere trabajar o mirar contenido sin distracciones, puede cerrar completamente su entorno y sumergirse en el mundo virtual. Pero si necesita ver lo que lo rodea, el sistema abre una "ventana" al mundo real y mezcla ambas dimensiones con una naturalidad sorprendente.
Samsung trabajó junto a Google y Qualcomm para lograr que esta experiencia sea fluida. El dispositivo incorpora el nuevo procesador Snapdragon XR2+ Gen 2, diseñado especialmente para experiencias inmersivas. Además, incluye pantallas micro-OLED de altísima resolución, que ofrecen negros profundos, contraste extremo y una nitidez que hace olvidar que lo que se ve no es real.
Si hay algo que Samsung entendió bien, es que el gran desafío de estos visores no está solo en la tecnología, sino en la comodidad. Los Galaxy XR tienen una estructura más liviana que otros modelos del mercado y una estética más parecida a unos anteojos modernos que a un casco de ciencia ficción.
Los materiales son premium y el diseño modular permite ajustar cada parte -visera, almohadillas, puente nasal- para adaptarse a distintos tipos de rostro. Incluso la distribución del peso fue pensada para que el dispositivo pueda usarse durante horas sin causar molestias.
El resultado es un visor que se siente menos como una "máquina" y más como una extensión natural del cuerpo.
El Galaxy XR se maneja con movimientos de manos, comandos de voz y seguimiento ocular. No hay controles físicos: todo se hace con gestos, mirada o simples frases.
Si querés abrir una app, basta con mirarla. Si querés escribir, el sistema proyecta un teclado virtual. Y si estás en una reunión virtual, podés ver a tus compañeros en forma de avatares realistas, con expresiones faciales sincronizadas en tiempo real.
La meta es lograr que la interacción sea tan natural como respirar. Samsung quiere que el usuario se olvide de que está usando tecnología.
El sistema operativo está basado en Android XR, una nueva versión adaptada al entorno inmersivo. Esto significa que las aplicaciones que ya conocemos -YouTube, Gmail, Maps, incluso juegos o herramientas de trabajo- podrán funcionar directamente dentro del espacio tridimensional.
Samsung también anunció que está trabajando con desarrolladores para crear experiencias exclusivas, como visitas virtuales a museos, clases interactivas o entornos de trabajo colaborativos. El visor, además, se sincroniza con los smartphones y tablets de la línea Galaxy, creando un ecosistema conectado donde todo fluye sin cables ni interrupciones.
Aunque la compañía no lo diga abiertamente, los Galaxy XR son una respuesta directa a Apple. La diferencia es que Samsung busca seducir no solo al público premium, sino también a quienes quieren experimentar la realidad mixta sin gastar una fortuna.
Mientras el Vision Pro supera los 3.500 dólares, los Galaxy XR llegarían con un precio considerablemente menor, aunque aún no se confirmó la cifra. El lanzamiento global está previsto para principios de 2026, y se espera que América Latina esté entre los primeros mercados en recibirlos.
Samsung no quiere que la realidad mixta sea un lujo de laboratorio, sino parte de la vida cotidiana. Quiere que los anteojos reemplacen las pantallas, que las reuniones ocurran en entornos 3D, que los videojuegos se vivan dentro del living y que los contenidos digitales se mezclen con lo tangible.
Los Galaxy XR son el primer paso hacia ese futuro. Un futuro donde mirar el celular podría volverse un gesto del pasado, y donde el límite entre lo real y lo virtual será cada vez más difícil de distinguir.
Quizás dentro de unos años ya no abramos aplicaciones, sino espacios. Y cuando eso ocurra, Samsung quiere que lo hagamos con sus anteojos puestos.
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