¿Sos curioso, creativo o tenés criterio? La IA hace que eso valga más que un currículum técnico

La era en que tus "soft skills" valen más que tu título

Hasta hace unos años, los avisos de empleo estaban llenos de requisitos técnicos: dominar Excel, hablar tres idiomas, conocer SAP, tener cinco años de experiencia, etc. Hoy, todo eso puede ser reemplazado por una máquina... o por otra persona que use ChatGPT.

Según Tomas Chamorro?Premuzic, Chief Innovation Officer de ManpowerGroup, estamos entrando en una nueva etapa donde el conocimiento técnico es importante, sí, pero cada vez más fácil de automatizar. En cambio, lo que no puede replicar ningún modelo de IA -al menos por ahora- es nuestra capacidad para entender contextos complejos, liderar equipos, tomar decisiones éticas o aprender de la experiencia.

¿Qué buscan ahora las empresas?

ManpowerGroup encuestó a más de 40.000 empleadores de 42 países y los resultados son clarísimos: el perfil ideal del futuro no es el más técnico, sino el más adaptable.

Estas son las habilidades humanas más valoradas frente a la ola tecnológica:

• Juicio ético: decidir con integridad frente a dilemas cada vez más grises.

• Gestión de personas: saber leer a los demás, motivar, resolver conflictos.

• Atención al cliente: empatía, escucha activa y orientación real al otro.

• Pensamiento estratégico: no solo responder rápido, sino pensar a largo plazo.

Y además, las "joyitas" blandas: curiosidad, resiliencia, creatividad, voluntad de aprender. En otras palabras: lo que no podés aprender en un tutorial de YouTube.

La IA libera tiempo... ¿y ahora qué hacés con él?

Una de las promesas de la inteligencia artificial en el trabajo es que nos ahorra tiempo: según estimaciones, entre un 30?% y un 50?% de las tareas diarias podrían ser automatizadas.

Pero ese tiempo liberado no es garantía de productividad. Algunas personas usarán esa ventaja para potenciar su creatividad, proponer mejoras, pensar en grande. Otras... simplemente se distraerán más. Y ahí se vuelve a poner en juego el diferencial humano.

La pregunta ya no es qué tareas podemos delegar en la IA, sino qué vamos a hacer con el tiempo y el espacio mental que nos deja.

¿Quién entrevista a quién?

Así como las empresas están usando IA para seleccionar candidatos (filtrar CVs, predecir desempeño, analizar lenguaje corporal), muchos aspirantes también usan inteligencia artificial para preparar entrevistas, mejorar respuestas o incluso automatizar postulaciones masivas.

En este nuevo juego de espejos, la IA entrevista a otra IA, pero al final del proceso siempre hay algo que ninguna máquina puede validar del todo: quién sos realmente y qué tan preparado estás para crecer, equivocarte, resolver y liderar.

La paradoja: más tecnología, más necesidad de humanidad

Aunque pueda sonar contradictorio, cuanto más automatizado está un entorno, más importantes se vuelven las habilidades humanas. No solo porque las máquinas aún no pueden replicarlas por completo, sino porque los equipos diversos, creativos y éticos serán los que logren aprovechar mejor todo lo que la tecnología permite.

Chamorro?Premuzic es claro: "Por cada dólar que se invierte en tecnología, deberíamos invertir ocho o nueve en cultura, liderazgo, habilidades sociales y gestión del cambio".

¿Qué significa esto para vos?

Si te estás formando o estás en plena carrera profesional, este cambio de paradigma no debería asustarte, sino entusiasmarte. La IA no te está dejando afuera: te está obligando a redescubrir tus ventajas competitivas reales.

¿Sos adaptable? ¿Sabés pensar en escenarios futuros? ¿Te relacionás bien con personas diferentes? ¿Tenés una mirada ética de las decisiones? ¿Aprendés rápido? Eso es lo que más vale hoy. Y no hay certificado que lo garantice: se demuestra en la práctica.

El futuro es humano... potenciado

La tecnología avanza, pero no camina sola. Cada vez más, las empresas quieren rodearse de personas que no solo sepan operar herramientas, sino también conectar, reflexionar y liderar con propósito.

Por eso, la gran revolución no está solo en la IA que todo lo automatiza, sino en la inteligencia emocional, ética y creativa que puede darle sentido. Porque al final del día, lo que más vale en el mundo del trabajo... todavía no se puede programar.