16/07/2025
Científicos desarrollaron un robot que aprendió técnicas quirúrgicas mirando videos en YouTube y grabaciones clínicas. Por primera vez, realizó una cirugía compleja sin intervención humana. ¿Estamos ante el futuro de la medicina?
En un avance que parece salido de una película de ciencia ficción, un equipo de investigadores logró que un robot aprendiera a realizar una cirugía compleja mirando videos. Lo más impresionante: aplicó ese conocimiento para extirpar una vesícula biliar sin intervención humana.
Este hito, que marca un antes y un después en la medicina robótica y la inteligencia artificial, fue publicado en la revista Nature Machine Intelligence, y ya está generando revuelo en el mundo científico y médico. ¿Cómo se logró? ¿Qué tan confiable es este tipo de tecnología? ¿Y qué implicancias tiene para el futuro de los quirófanos?
El robot en cuestión no fue programado para operar de forma tradicional. En cambio, fue entrenado con un enfoque similar al que usamos los humanos: observando.
Los investigadores lo alimentaron con videos quirúrgicos disponibles en YouTube, simulaciones en 3D y grabaciones de procedimientos reales. La IA utilizó algoritmos de aprendizaje profundo para entender los pasos, identificar instrumentos, movimientos y tiempos de intervención.
Este proceso se conoce como aprendizaje por observación (learning by watching), y marca una diferencia con los robots actuales, que siguen instrucciones preprogramadas o son controlados por humanos (como el conocido Da Vinci).
Robot Operando
El procedimiento que realizó el robot fue una colecistectomía, es decir, la extirpación de la vesícula biliar. Esta operación, aunque común, requiere precisión para evitar daños en órganos cercanos.
Según el informe, el robot planificó los pasos, seleccionó las herramientas, realizó las incisiones y ejecutó el procedimiento completo sin que un humano lo dirigiera en tiempo real. Solo hubo supervisión pasiva por parte del equipo médico, que no intervino.
El resultado fue exitoso: el paciente (un modelo animal en esta primera fase) no sufrió complicaciones, y los tiempos quirúrgicos fueron similares a los de un cirujano humano experimentado.
Este avance no implica que los médicos serán reemplazados mañana, pero sí representa un paso gigantesco hacia una nueva era de medicina asistida por IA.
Los beneficios potenciales son enormes:
Mayor precisión y menor error humano.
Acceso a cirugía de calidad en zonas sin especialistas.
Reducción de costos hospitalarios.
Optimización del tiempo en quirófano.
Sin embargo, también surgen interrogantes éticos y técnicos. ¿Qué pasa si el robot comete un error? ¿Quién es responsable? ¿Cómo se valida su formación? ¿Puede una IA responder a imprevistos clínicos?
El Dr. Robert Kingston, uno de los líderes del proyecto, explicó:
"No le enseñamos al robot a operar paso a paso. Le enseñamos a ver, entender e imitar, y eso es un cambio de paradigma. La cirugía ya no es solo técnica: es inteligencia".
Por su parte, especialistas de la Universidad de Stanford y del MIT celebraron el avance, pero advirtieron que aún estamos lejos de ver estos robots en quirófanos humanos de forma masiva. Las pruebas en humanos requerirán años de ensayos clínicos, validaciones legales y aprobación ética.
Como suele ocurrir con la inteligencia artificial, muchos se preguntan si esta tecnología es una aliada o una amenaza. ¿Reemplazará a los cirujanos? ¿O los potenciará?
Los investigadores sostienen que el objetivo no es eliminar al profesional humano, sino crear herramientas que lo complementen y liberen tiempo para tareas más complejas o decisiones críticas.
El robot no solo podría operar, sino también detectar patrones de riesgo, evitar errores, aprender de cada intervención y sugerir mejoras. En ese sentido, la combinación de humano + IA podría ser más poderosa que cualquiera de los dos por separado.
El equipo desarrollador ya está trabajando en ampliar el repertorio del robot. Se planean pruebas con cirugías laparoscópicas más complejas, procedimientos cardíacos y operaciones de urgencia, donde la toma de decisiones rápida es clave.
Además, se evalúa el entrenamiento con datos en tiempo real y el uso de sensores hápticos para que el robot no solo vea, sino que "sienta" la resistencia del tejido, como lo haría un cirujano con sus manos.
Lo que parecía imposible hace solo una década hoy es una realidad: un robot que aprende por sí mismo mirando videos, y que ya puede realizar cirugías con una precisión asombrosa. Aunque su uso masivo aún está lejos, la medicina acaba de cruzar un umbral que cambiará para siempre la relación entre tecnología y salud.
La pregunta ya no es si estos robots llegarán, sino cuándo y cómo se integrarán a nuestras vidas. Mientras tanto, la ciencia sigue operando al ritmo de la inteligencia artificial.
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08/07/2025