14/10/2025

Negocios

Windows 10 entra en "modo despedida": qué cambia desde hoy y cómo no quedar expuesto

Desde el 14 de octubre de 2025, Windows 10 ya no recibe parches de seguridad ni soporte estándar. Europa y gran parte del mundo encaran un año de transición con una salida: los Extended Security

Windows 10 no "muere": enciende, abre tus programas, imprime como siempre. Lo que cambia es invisible pero clave: no hay más parches de seguridad. En la práctica, cada nueva falla que descubran los atacantes queda abierta más tiempo. Pensalo así: tu casa sigue en pie, pero la cerradura ya no se actualiza contra el ladrón que aprende trucos nuevos todas las semanas.

¿Por qué te afecta si "todo anda"? Porque millones de personas y empresas siguen en Windows 10. Cuanto más grande es el parque, más rentable es para los atacantes automatizar campañas contra ese sistema. El riesgo no aparece el día uno, pero se acumula. Y, a diferencia de un error de Word, una intrusión de seguridad puede implicar robo de cuentas, bloqueo de archivos o fraudes silenciosos que detectás tarde.

Las tres salidas, en criollo.
Si tu PC cumple los requisitos (TPM 2.0, UEFI, 4 GB de RAM y 64 GB de disco como mínimo), migrar a Windows 11 es lo más simple: volvés a tener parches, sumás funciones nuevas y mantenés compatibilidad con apps que ya empiezan a pedir 11 como base.



Si tu hardware no llega o preferís estirar la vida útil, tenés los Extended Security Updates (ESU): un plan pago que prolonga los parches por un período limitado. Es una red de contención, no un hogar permanente. Sirve para comprar tiempo mientras planificás presupuesto o esperás ofertas.
Si tu equipo ya quedó viejo o sólo lo usás para tareas puntuales, renovar puede salir más a cuenta que "parchar" indefinidamente. Alternativas como Linux o ChromeOS Flex también reviven máquinas veteranas para navegación, ofimática y clases, con menos exigencias.

Cómo decidir sin marearte.
Empezá por una copia de seguridad completa (documentos, fotos, contraseñas y favoritos). Después, hacé una lista de programas críticos: banca online, facturación, firma digital, software de AFIP, periféricos como impresoras y escáneres. Si todos funcionan bien en Windows 11 y tu hardware es compatible, no lo pienses demasiado: actualizá. Si algún punto es sensible (un sistema antiguo, un driver que no aparece), ESU te da ese colchón para resolver con calma. Y si tu PC ya sufre con tareas básicas o la batería dura un suspiro, la ecuación es simple: es hora de reemplazo.

Buenas prácticas que valen oro.
Aunque te quedes un tiempo en Windows 10 con ESU, no bajes la guardia: usá un gestor de contraseñas, activá autenticación en dos pasos donde puedas, mantené actualizado el navegador y evitá instalar software fuera de tiendas oficiales o webs confiables. Si trabajás con datos sensibles (clientes, contabilidad, clínica, escuela), definí una fecha límite para la migración y comunicala a tu equipo: la seguridad mejora cuando hay calendario.


Qué pasa con el rendimiento y tus hábitos.
Windows 11 no es un salto traumático: la curva de aprendizaje es corta, los atajos de siempre funcionan y la mayoría de apps se comportan igual. La diferencia la vas a notar en los parches (vuelven), en algunas funciones de IA/sistema y en el soporte a hardware moderno. Si jugás, editás video o trabajás con modelos de IA locales, vas a agradecer drivers y optimizaciones recientes. Si sólo navegás, escribís y mirás series, el beneficio principal es seguir protegido.

La foto grande.
Para Microsoft, el fin de Windows 10 acelera el recambio del parque y ordena la base instalada. Para vos, el mensaje es otro: la seguridad ya no "viene de fábrica" con tu versión; ahora depende de la decisión que tomes. Elegí una opción y poné fecha. Lo único que no conviene es quedarse en el limbo sin parches y sin plan.

En una frase: Windows 10 sigue vivo, pero sin chaleco antibalas. Definí hoy si vas a migrar, extender o renovar. Tu tranquilidad empieza cuando esa decisión tiene día y hora.

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